Ya se que los jardines del Retiro los conocemos todos; quien no se ha perdido por sus caminos y glorietas, quien no se ha dado un paseo marítimo por el estanque, quien no ha disfrutado en una mañana dominguera de su bullicio polifacético y quien no se ha deleitado con sus dispersos y variopintos monumentos.
Sin embargo, yo tengo la sensación de haber palpado otro Retiro diferente, penetrando en sus vericuetos en la busca de árboles y arbustos que nos son menos conocidos, pero que todos nos ofrecen sus curiosidades y algunos nos sorprende con una belleza insospechada.
La perfecta síntesis de su pasado, sus monumentos y su naturaleza nos parece que alcanza unos niveles verdaderamente notables. Quizás para llegar a estos logros hayan sido imprescindibles los casi cuatro siglos de su historia, plenos de esfuerzo y de buen gusto, pero también de altibajos y turbulencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario